lunes, 16 de noviembre de 2009

Crowen (XXIV) Tríada (2ª parte)

- Entonces formaremos una tríada y entraremos juntos.
- ¿Cómo lo haces tu, Crowen? – la voz del brujo se desliza serena entre sus labios, me mira de forma intensa.
Me adelanto hasta colocarme entre ellos y les tiendo las manos.
- El contacto físico facilita el proceso, aunque no es imprescindible. – Ahti accede algo renuente, sin embargo Theron entrelaza su mano en la mía sin vacilar. – Sentiréis un roce extraño en vuestra mente, no os resistáis, he hecho esto antes y si nos armonizamos satisfactoriamente no habrá problemas. Seré respetuosa con vuestro recuerdos y pensamientos mas profundos y mantendremos el enlace a un nivel superficial, sin embargo no sabemos lo que vamos a encontrar ahí dentro, así que estad preparados para improvisar.

Algunas de mis observaciones son obvias, pero mientras hablo modulo suavemente mi voz, dotándola de un ritmo particularmente hipnótico… relajante.
- Concentraos en vuestro cuerpo, visualizaos sumergidos dentro del agua, agua cálida y transparente, que tonifica el cuerpo y lo relaja, desentumece los músculos y nos mece suavemente. – Yo misma me entrego a la visión, aunque hace años que dejé de necesitarla para proyectar mi mente fuera de mi cuerpo y trastear con ella en mentes y lugares ajenos.- Ahora vamos a emerger… pero vamos a emerger livianos, ligeros… y nos vamos a buscar…
Suspiro cuando siento como mi mente se desprende y se eleva, fuerte y consciente hacia el reino de la voluntad, extiendo zarcillos que tantean a mi alrededor, rozando suavemente las conciencias de Theron y Ahti, ellos me buscan a su vez y tras unos minutos que se me antojan eternos, nos entrelazamos.

La mente de Theron es sinuosa e insinuante, curiosa e intrépida, se enrosca y desliza traviesa e inquieta a nuestro alrededor. La de Ahti es electrizante, bulle cargada de determinación y fuerza. No se como percibirán ellos la mía. Tras dedicar un mínimo de tiempo a armonizarnos y acomodarnos todo lo posible en estas circunstancias concentramos nuestras voluntades en un objetivo: Rashe.

Tú la conoces mas Ahti, los lazos que te unen a ella son los mas sólidos, considero conveniente que lleves la iniciativa, nosotros te prestaremos nuestra energía y fuerza.

Es lógico.

Está bien.

Trato de mantener la calma y mis defensas mentales levemente alzadas, lo suficiente para protegerme ante lo inesperado y evitar filtrar mis recuerdos en memorias ajenas, pero no demasiado como para interferir en el enlace.
Ahti se adelanta y comienza a tantear a Rashe, la llama con delicadeza al principio, mas enérgicamente después. El espíritu de Rashe parece vagar perdido en las nieblas de un sueño profundo, lejano. Tengo la sensación de que se aleja de nosotros cuanto mas tratamos de acercarnos.

Trata de tirar de ella. Atráela como se atrae un pez con una caña.

Siento como Ahti tensa los músculos de la mandíbula, estamos tan concentrados que empezamos a invadirnos demasiado. Normalmente se necesitan sesiones y sesiones para alcanzar tal grado de comunión en un enlace, a veces incluso años de entrenamiento y dedicación, no es nada habitual fundirse tan profundamente con alguien que apenas conoces, por mucho que confíe en ellos, somos aliados, no amigos íntimos. Me siento algo incómoda, percibo claramente las hebras de Ahti y Theron entremezcladas con las mías, nuestras conciencias filtran sensaciones y recuerdos de forma progresiva, como arena fina deslizándose entre los dedos. Mi instinto me sugiere romper el enlace pero estamos acercándonos y no soy ninguna novata, confío en mi capacidad como médium para poner orden si las cosas se tuercen.

De pronto el lento pero pausado avance se interrumpe bruscamente. Nos hemos topado con un muro, un muro hostil e impenetrable.

¡¿Qué cojones?!

Paladeo la ira de Ahti cuando esta se inflama, Theron reacciona de forma empática contagiándose a su vez de indignación. Por un momento me siento tentada de dejarme llevar, la cólera y yo somos buenas amigas pero eso implicaría profundizar aún mas y ya estamos demasiado fusionados ¿son ellos conscientes de lo que está ocurriendo? Da igual, me esfuerzo en mantener un estado de fría concentración, Ahti ha reculado instintivamente y Theron le ha alcanzado enseguida, están concentrados en el obstáculo, yo aprovecho para expandir mi mente y proyectar una barrera envolvente. Si hay un muro seguro que hay protecciones o defensas.

Cuidado. No sabemos que está sellando su memoria. Si es algo creado por ella misma debemos proceder con delicadeza o haremos mas mal que bien. Si es un sello impuesto por un tercero…

Puede ser hostil.

Muestro mi conformidad con la observación de Theron.

Los muros o se sortean o se derriban. Vamos.

Ahti tira de nosotros inconscientemente, lo que vuelve a reafirmar mi sospecha, estamos demasiado entrelazados, nos movemos en armonía como un banco de peces nadando en el mar, una danza sinuosa en la que cada uno ocupa instintivamente su posición y acepta su misión, su lugar. Ahti es la punta de lanza, yo presto fuerza y protección, Theron emana fuerza y nos mantiene unidos, al tiempo que nos deja espacio para fluir. No hemos hablado de ello, no lo hemos planificado, simplemente, ha surgido de forma natural.

Nos acercamos en perfecta coreografía mientras vuelve a mi mente la imagen del banco de peces. Exploramos y tanteamos, el muro psíquico parece extenderse en todas direcciones, como si se tratara de una esfera de ilusión infinita, parece que te desplazas sobre su superficie sin embargo permaneces en el mismo lugar porque el punto donde tanteas se mueve y desplaza contigo. Sea quien sea quién ha encerrado la conciencia de Rashe es un maestro mentalista cuyo arte supera incluso al mío.

Ahti sigue alimentando su rabia, empieza a contagiarnos a Theron y a mi, el problema de la rabia estriba como en el plano físico, en que aumenta considerablemente tu fuerza, pero te deja expuesto.
Vamos a horadar la barrera.
Si no se puede sortear, solo queda atravesarla. Hemos explorado la superficie sin encontrar ninguna fisura aparente así que vamos a taladrar nuestra propia entrada, tampoco nos hemos topado con resistencia activa aparente. Sólo nos queda tomar la iniciativa.

Los tres nos concentramos en el mismo punto, hay muchas formas de debilitar las defensas psíquicas de una persona y un buen mentalista sabe que debe adaptarse a la situación. Las defensas pueden ser de muchos tipos, a veces toman la forma de un mar infinito que hay que franquear, otras veces un bosque laberíntico, un banco de niebla o incluso un monstruo al que hay que derrotar. El mentalista se adapta a cada escenario y debe visualizar y encontrar una solución acorde con el reto presentado. Rashe está encerrada dentro de un muro insorteable, así que solo nos queda como posibilidad romperlo.

Ahti golpea conmigo mientras Theron impide que vuelva a regenerarse, una vez mas no hemos necesitado ponernos de acuerdo, cada uno ha ocupado su lugar y ha tomado su rol de forma instintiva, y está funcionando.
Siento el muro fisurarse bajo golpes contundentes de Ahti y cortes míos de afilado punzón, Theron es el viento que se lleva la gravilla y erosiona la grieta abierta… y horadamos horadamos…

Hasta que de súbito llega el ataque.

Nos golpea sin previo aviso, con inesperada brutalidad y potencia. El equivalente a un buen gancho de izquierda en la nariz seguido de un puñetazo en la boca del estómago, nos aturde y nos corta la respiración, fragmentando nuestra concentración y tensando violentamente las hebras de nuestro enlace.
Ahti reacciona con rabia recuperándose casi instantáneamente, yo trastabillo un poco pero me alzo de nuevo erigiendo de nuevo mis defensas, sin embargo siento la presencia de Theron desvanecerse, le han alcanzado de lleno. Mastico mi frustración, el que nos ha atacado no es ningún novato, ha golpeado donde mas daño podía hacernos, Theron era nuestros cimientos.

Está casi inconsciente, herido y magullado. Hay que desprenderle, protegerle, mi experiencia me grita que la mejor manera de proceder es empujarle de vuelta, dejarle a salvo y sin pensar demasiado, actuando por instinto, quiero dejarle caer, que vuelva a su cuerpo… pero mientras yo suelto mi mano Ahti hace lo contrario. A pesar de sentir lo mismo que yo, no trata de sacarle del combate, tira con fuerza y determinación de él, lo acerca a él volcando gran parte de su energía en su compañero, la luz y la voluntad de Ahti irradian el espacio restaurando y fortaleciendo. Por un momento no lo entiendo, debería usar esa energía para atacar y defenderse, yo me vuelvo hacia nuestro agresor totalmente alerta, todas mis alarmas internas gritan insistentes: Alza barreras, golpea, aturde, distrae, céntrate en tu enemigo, posiciónate. No es algo en lo que tenga que pensar, es como adoptar una postura de combate o guardia, lo tienes tan automatizado que tus músculos responden antes incluso de generar la orden en tu cerebro. En un combate psíquico, acción y pensamiento son uno, no ha pasado tiempo, ni siquiera un segundo desde que la embestida nos derribara y ya estamos otra vez al acecho. Ahti ha conseguido hacer reaccionar a Theron en un derroche de voluntad y fortaleza, yo tiro de ambos enlaces y trato de reforzarlos pero hemos perdido el ritmo, no estamos sintonizados. Cuando nuestro adversario vuelve a volcar su atención en nosotros, nos vemos obligados a recular tras su embate, quizá pudiéramos resistir, pero no estamos en condiciones de responder o plantarle cara.

No necesitamos mas que un cruce de pensamientos para llegar todos a las misma conclusión, hay que saber cuando retirarse para poder regresar otro día. Nos blindamos estrechando la fusión y orientamos todas nuestras defensas hacia el exterior, es una situación de emergencia y reaccionamos de forma instintiva protegiéndonos unos a otros. Las barreras de discreción, que nos habían mantenido a salvo de filtraciones no deseadas entre nosotros, se disipan como paredes de papel en medio de un huracán. De pronto mi memoria ya de por sí frágil y dañada comienza a absorber recuerdos y experiencias ajenas en un torrente imparable. Si hubiera estado en plena forma estoy segura de que podría haber lidiado con esa invasión no deseada ni buscada, pero la profundidad del enlace que estamos manteniendo, el agotamiento y la necesidad de volcar las defensas hacia el exterior hace casi imposible ponerle freno al intercambio. En cualquier otra circunstancia, mentes extrañas se encuentran protegidas de forma natural, mas que todo porque se necesita entrenamiento durante años para alcanzar este nivel de comunión. Es como cuando te presentan a alguien, sueles empezar con un saludo cortés y una actitud medianamente distante que vas limando a lo largo de encuentros, conversaciones y el roce de cierta rutina, con tiempo y empatía puedes ir forjando una relación de amistad y confianza y quizá hasta de afecto. Los enlaces mentales funcionan igual, puedes establecerlos, pero empiezan siendo como un fino hilo de seda que apenas te permite ser consciente de la otra persona, filtras pensamientos conscientes pero no puedes escarbar en su mente hasta que la unión se afianza, el hilo se convierte en hebra y la hebra en un vínculo que te mantiene fusionada constantemente, permanentemente, compartiendo emociones, sueños, experiencias, sensaciones… puedes paladear los sabores que la otra persona degusta, sentir en tu propia piel el frío cortante del aire o incluso la caricia de un amante. ¿Pero quién está dispuesto a mantener ese nivel de profunda confianza? Buscadme voluntarios y descubriréis que casi no hay personas que estén dispuestas a renunciar en tal grado a su privacidad.

Y ahora lo estoy sintiendo, lo estoy compartiendo. Me invaden los recuerdos de Theron y siento la pulsión y el sentimiento en mi pecho al contemplar el recuerdo de una muchacha de belleza etérea y frágil de dedos pequeñitos y delicados que me mira y se convierte en alguien muy importante para mi. Y siento la pasión y la tristeza, la culpa y la añoranza y el regusto amargo de la pérdida. Recuerdo miedo y terror y oscuridad, el veneno en la sangre y en el alma, me invade el dolor y creo que va a consumirme… pero entonces el hielo se derrite en mis venas y me envuelve el calor de una luz que caldea y reconforta, que envuelve y chisporrotea, y la piel pálida y cubierta de runas glaucas de mis manos se oscurece y se vuelve curtida, y siento las palmas ásperas y fuertes que a su vez alzan una niña rubita entre mis brazos, y se que su nombre es Elive y de pronto deseo que el recuerdo sea mio y lo afianzo, porque me he enamorado de esa mirada inocente y la risa infantil que escapa salvaje de un alma inocente, y no hay nada que pueda competir con esa sensación de plenitud, ni el dolor sordo de las cicatrices del alma o el cuerpo, ni la agonía de la pérdida o el peso de la culpa, siento la melancolía del espíritu lacerado de un soldado, pero su corazón es como el mío. Es un viejo compañero lleno de heridas que no sanan y que no deseo que sanen, porque puedo vivir con el dolor y el dolor me hace sentir viva y me recuerda que soy capaz de sentir y amar y odiar y llorar y perdonar e ilusionarme y confiar. Porque lo que no nos permitimos sentir es miedo.

Porque sabemos que hacemos lo que debemos hacer. Y somos capaces de vivir con ello.

Y por encima de recuerdos y memorias ocultas, de sentimientos y experiencias compartidas, visualizo el vínculo entre Theron y Ahti, vibrante y poderoso, tan profundo y vital que funde sus almas hasta no ser capaz de distinguir donde empieza uno y acaba otro, y mis pensamientos vuelan hacia Valdor y la unión de ellos se refleja en el vacío que ha dejado en mi la ausencia de mi consorte. Y entonces recuerdo como Ahti ha acercado a Theron en un momento de crisis y peligro, prefiriendo tenerle cerca antes que alejarle y comprendo que manteniéndole junto a él le ha protegido y se ha protegido a si mismo, que ha confiado en su fortaleza y su fé ha obtenido recompensa y la energía volcada en el brujo le ha sido devuelta, ambos se han hecho mas fuertes, juntos. Incluso en un momento como este soy plenamente consciente de lo sucedido, yo siempre trato de proteger a mis seres querido alejándolos de mi, trato de protegerles manteniéndoles al margen. Por eso estoy sola y me mantengo aislada. Ellos lo ven en mi, soy dolorosamente consciente de que están viéndolo en mi. Y comprenden demasiado bien. Es demasiado. Sabemos demasiado. Mis secretos están quedando al descubierto, mi vida mi naturaleza, Valdor, mi hambre, la existencia del Libro de Sangre, mis deseo y anhelos, todo mi ser.

No sé si he gritado, no sé si ellos han gritado. No sé si se han derrumbado o se han sentado, abro los ojos y me encuentro en el suelo, tengo la falda enredada en las piernas y el cabello me cae sobre los ojos, he debido golpearme contra las tablas porque me duele un hombro y la cadera, pero no lo recuerdo. Nos miramos, jadeantes, con los ojos abiertos y la mente dolorida, noto como recogen hebras desenredando un enlace que ha ido demasiado lejos, que ha sido demasiado invasivo, nos hemos expuesto imprudentemente unos a otros, sobre todo yo a ellos, ellos a mí.

Continuará...

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