jueves, 17 de septiembre de 2009

Acabo de Despertar

A veces tengo la sensación de haber empezado a vivir después de morir.

He sido reanimada como lo que han dado en llamar un Caballero de la Muerte, apelativo eufemístico y poco original, por cierto. Supongo que pretenden darle un aire honorable a esta caterva de no-muertos que ahora deambulan por las ciudades entre los que me incluyo sin complejos.

Si, estamos muertos, lo miremos como lo miremos no somos muy distintos de los renegados, vástagos de la nigromancia, cadáveres ambulantes en mayor o menor estado de degradación. Algunos caminan como almas en pena, otros, pobres ilusos, tratan de integrarse y recuperar sus vidas pasadas, otros ni recuerdan quién eran y la gran mayoría nos hemos transformado en armas asesinas. He visto caballeros tan consumidos por la sed de venganza y el odio hacia el exánime que se hunden poco a poco en el delirio, he conocido a aquellos que malviven atormentados por el recuerdo de los crímenes cometidos bajo el dominio del rey lich, unos pocos, sin embargo, hemos abrazado esta nueva existencia como una nueva oportunidad.
No me engaño, se que sólo es mi voluntad lo que me mantiene íntegra y mi conocimiento y experiencia lo que ayuda a asimilar los cambios en mi cuerpo. He convivido con la muerte y la necromancia desde que nací, en cierta manera, siento que mi condición actual no es sino aquello en que tarde o temprano debía transformarme.

Mi memoria está fragmentada y me cuesta recordar mi vida anterior de forma coherente, supongo que los recuerdos se irán diluyendo a medida que pasen los años, las décadas, siglos quizá, no deseo que se pierda, deseo recordar quien fui.

He aquí mi historia.

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