viernes, 18 de septiembre de 2009

Crowen (VII) Gaheris en vida.

Traté de mantenerme íntegra, me involucré en las actividades de una Orden Religioso-Militar que abogaba por la tregua entre horda y alianza y comencé a participar en reuniones diplomáticas, fue en aquella época cuando conocí a Gaheris.
Por aquél entonces un conflicto había estallado entre la horda y la alianza, el arzobispo Benedictus había sido secuestrado y retenido por los renegados . La orden a la que pertenecía, el Alba de Plata, colaboró en las negociaciones que se mantuvieron entre ambos bandos. Como séquito de una de esas comitivas, coincidimos Gaheris y yo.
Supongo que congeniamos desde al principio, era un elfo inteligente e idealista, su visión de la vida era tan positiva que me sentí atraída por primera vez en la vida hacia la luz. Cuando estaba cerca del paladín, la oscuridad que acechaba en mi interior parecía replegarse. Las negociaciones fracasaron y se terminó solucionando de forma militar. Aunque no participé directamente en el asalto si fui testigo del mismo.
Posteriormente se nos ordenó a Gaheris y a mi escoltar a un poderoso mago, Daerloth, que había ayudado a liberar al religioso de la alianza ganándose de esa forma el odio indiscriminado de un gran sector horda. Su vida corría peligro así que le ocultamos y velamos por él durante varias semanas. En ese tiempo Gaheris y yo nos conocimos mejor.

Él es de esas personas que emanan confianza y sinceridad, notaba mi continua turbación, mi lucha interior. Siempre he sido muy reservada, pero en aquella época atravesaba un momento de gran debilidad y confusión y me sinceré con él. Gaheris me prestó su atención, su apoyo y su luz. Veló mi sueño y espantó las pesadillas, no pudo curar mi alma pero mitigó el dolor. Entre los dos se instauró un sentimiento de gran intensidad, indeterminado y desconcertante, pero real y palpable. No ocurrió nada entre nosotros, pero la intimidad forjó un lazo que mas tarde reafirmamos con un enlace mental imperecedero y firme, como el que había mantenido con mi padre, con Valdor y con Baazel. Tras aquello nos separamos, pero ninguno de los dos olvidó.

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